Cipriano Mera era albañil de profesión, empezando a trabajar
a los once años de edad. En el verano de 1936, la huelga de la construcción
había paralizado a más de 100.000 trabajadores. A principios de julio, Cipriano
Mera es encarcelado nuevamente junto con otros delegados del Comité de Huelga
de la construcción. La huelga de la construcción proseguía el 18 de julio, al
estallar la guerra civil, al día siguiente, Mera es liberado.
En 1938, ya ascendido a teniente coronel, emplazó su cuartel
general en Alcohete en guadalajara, lugar cercano a la villa de Horche y desde
donde protegía todo el sector oriental de la capital. Ocupado Madrid por los
franquistas, Mera se traslada a Valencia, exiliándose más tarde en Orán, donde
fue internado en un campo de concentración. Una vez liberado, marcha al
Marruecos francés, donde se gana la vida como peón de la construcción.